Posiblemente sea crisis la palabra que mejor describe la actualidad, una crisis sistémica que afecta a todos los órdenes de la vida, incluso a lo más radical y genuino del ser humano: la libertad, la cultura, la sociedad y la imaginación. Parece ser que se siente poco capaz de proyectar y ensayar un futuro más apetecible, libre, justo y solidario, en el que la persona sea el principio y el fin de toda acción, el sujeto activo del arte de vivir, de ser, estar y sentir en el mundo. Tal estado de ánimo se ha asentado en los sistemas e imaginarios pedagógicos vigentes, especialmente en las regiones geográficas donde el desarrollo –entendido como capitalismo descarnado– es un hecho o una de las principales aspiraciones de los poderes fácticos. En estos lugares, la educación tiende a cosificarse y, con esto, también a hacer lo propio con la persona, cuyo valor pasa a ser mesurable, cuantificable, objetivable. Así, los individuos, únicos e irrepetibles por principio, empiezan a equipararse a útiles sociales, reemplazables e intercambiables, que no escapan a la obsolescencia programada.
Un buen indicador del grado de deshumanización de la pedagogía y, por extensión, de las sociedades de una región puede ser, por la onda expansiva que genera, el peso que se da en los planes de estudio de las titulaciones de educación a contenidos de interés y significado pedagógico, aquellos que invitan al ser humano a aventurarse en parajes ignotos tras la promesa de los imposible y la posibilidad de los inverosímil y que, de alguna manera, justifican la fe depositada por las sociedades en la educación, que entienden que es uno de los medios clave para la promoción social y cultural de sus habitantes, uno de los motores del progreso de amplios horizontes y nobles aspiraciones, una de las vías más propicias para incrementar las posibilidades de libertad, las cotas de justicia social y los niveles de solidaridad de pueblos y naciones. Ocurre que, al menos en España, la tendencia generalizada es suplantar tales contenidos por otros de escasa o nula relevancia para la formación de maestros y educadores de toda clase, pero muy a propósito para la fabricación de buenos y obedientes técnicos de la enseñanza.
La obra colectiva que aquí se presenta, conformada por doce trabajos, lleva por título Utopía y Educación. Ensayos y Estudios. Constituye un honesto ejercicio intelectual que tiene como propósitos, entre otros, rescatar algunos planteamientos sobre educación enraizados en el carácter más noble y utópico de la pedagogía, ahondar en los principios, los medios y los fines de la misma, arrojar renovada luz sobre ideas, personas y hechos que han propiciado, de una u otra forma, el progreso de sociedad, cultura y educación, situar a esta ante la historia, ante sí misma y ante el futuro, indagar en lo que ha sido, es y puede llegar a ser y en lo que ha hecho, hace y es posible que haga del ser humano, de su entorno, creaciones y relaciones. Esto es, en definitiva, asumir lo imposible, pero necesario, de los fines genuinos de la pedagogía.
How to cite this book
Hernández Huerta, J. L., Quintano Nieto, J., & Ortega Gaite, S. (coords.). (2014). Utopía y Educación. Ensayos y Estudios. Salamanca: FahrenHouse.